En las calles de Chincha, entre el bullicio y el calor, hay una historia que fluye tan suave como la chicha morada que Don Lucho ha dedicado su vida a perfeccionar.
Con 40 años de trabajo incansable, este afrodescendiente se ha convertido en el artesano maestro de una bebida que va más allá de satisfacer la sed; es el elixir que construye sueños
Don Lucho, a sus 64 años, carga sobre sus hombros la responsabilidad de un legado que empezó como una lucha diaria.
Con su carreta de cuatro llantas, pasea por Chincha, llevando consigo la esencia de su esfuerzo: la chicha morada. No es solo un vendedor, es un constructor de hogares y dador de profesiones.
Cada madrugada, antes de que el sol ilumine las calles, Don Lucho busca los insumos con amor, preparándose para crear ese sabor especial que ha conquistado corazones.
Sus 7 hijos, testigos de cada sacrificio, llevan consigo el orgullo de su padre y la lección de vida que les ha impartido.
Don Lucho asegura que su trabajo es un acto de amor y felicidad, incluso en los días que no son color de rosa. La comunidad lo describe como amable, cordial, un caballero.
La chicha morada, su manjar, es aclamada no solo en Chincha sino en lugares tan lejanos como Tacna. Su dedicación ha forjado admiración y respeto, recibiendo bendiciones por su humildad.
Esta historia de esperanza y esfuerzo trasciende las fronteras de Chincha, siendo un ejemplo de superación que emociona y deja un sabor agridulce en cada botella de chicha.
La dedicación de Don Lucho es un canto a la humildad, una lección de vida que merece ser compartida y celebrada.
Te Invitamos a leer:
- Chincha: Entre ritmos y patrimonio
- Beatita Melchorita: Sus caminos de fe
- Calendario de festividades en Chincha
- Chincha y sus destinos secretos
- Chincha: Descubre su historia
- Tradiciones y festividades en Chincha