Introducción:
Chincha, un pueblo arraigado en la fe católica desde tiempos inmemoriales, ha sido testigo de una devoción sin igual hacia Dios, la Santísima Virgen María y sus santos. Desde la llegada de los padres dominicos y la construcción del imponente monasterio de Santo Domingo de Guzmán, esta tierra no solo ha sido un templo, sino también un refugio para los más necesitados. Acompáñanos en un viaje a través de la historia de este rincón de fervor y espiritualidad.
El Legado de los Padres Dominicos:
Los padres dominicos dejaron una huella indeleble en Chincha con la construcción del monasterio de Santo Domingo de Guzmán. Esta majestuosa edificación, con sus torres que tocan el cielo y campanarios resonantes, se erigió sobre un promontorio que era considerado sagrado por la cultura local. Más que un templo, este lugar también fue hospital y cementerio para los más desfavorecidos, demostrando así el profundo compromiso con la caridad cristiana.
La Fundación de la Parroquia:
En 1759, por mandato del Arzobispo de Lima, monseñor don Diego de Corro, y con la aprobación del Papa Clemente XIII, se funda la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. El primer párroco, el R.P. don Joaquín de Urrutia, proveniente de la Universidad de San Marcos de Lima, contó con la colaboración del R.P. Fray José Gonzáles de la Orden de los Predicadores. Esta decisión refleja la inquebrantable fe de los habitantes de Chincha en la religión cristiana.
El Patrón de la Ciudad:
Las largas peregrinaciones de los chinchano hacia la milagrosa imagen del Señor de Luren de Ica llevaron a la comunidad a buscar su propio Patrón. Fue así como en 1908, los chinchanos decidieron honrar al Señor Crucificado de Chincha como su protector. El 17 de octubre de 1909, la bendita imagen salió en procesión por las calles de Chincha Alta por primera vez, marcando un momento de profunda devoción y unión comunitaria.
El Tesoro de la Parroquia:
La parroquia de Santo Domingo de Guzmán atesora con celo los archivos y actas de bautizos de destacadas personalidades de la provincia. Estos documentos son testimonios vivos de la rica historia de Chincha y de la fe que ha permeado cada rincón de esta tierra.
Conclusiones:
Chincha, tierra de fe incuestionable, ha sido moldeada por siglos de devoción a Dios y a sus santos. El legado de los padres dominicos y la fundación de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán son hitos invaluables en esta historia de espiritualidad. La veneración al Señor Crucificado de Chincha marca un capítulo especial en la devoción de esta comunidad. Hoy, los valiosos archivos de la parroquia son tesoros que nos conectan con las raíces profundas de esta tierra de fe.
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